Regla de oro de las redes sociales: "No alimente a los trolls".
Si te conectas a las redes sociales, si interactúas a traves de internet a distancia y de manera virtual con otras personas en cualquier parte del mundo, es casi seguro que tarde o temprano te acabes topando con un "Troll".
Anteriormente compartimos algunos tipos de Trolls y las formas generales de trolleo. ¿Cómo podemos evitarlos?
Hay
gente cuya forma de
"divertirse" es molestar, y mientras más caso les hagamos y más nos molestemos con sus
comentarios, más "divertido" es para ellos. La solución es simple,
ignorarlos, y en caso de insistir, banearlos, o dicho de otra forma, "No alimente a los trolls".
Tendemos a poner "frases" en la boca del otro al no estar al 100% de acuerdo con
su punto de vista, catalogándole "del bando
contrario" (común en discusiones filosóficas, políticas, religiosas,
de fútbol, etc.), y etiquetarlo por defecto; represor, necio, vendepatrias, ignorante, retrógrada, villamelón... lo que Alex Lickerman llamó acertadamente "la abstracción del otro". Ante el estímulo adecuado, consciente o no, todos podemos convertirnos en un Troll.
Hay una "cerrazón" ideopática en todos a aferrarnos a nuestra postura inicial y a defenderla a toda costa, aún cuando acumulemos absurdo tras absurdo en algunos casos. Pasa con la familia y amigos, y en ámbitos laborales y escolares, con más razón en discusiones "virtuales" con desconocidos, dónde la expresión escrita no es siempre es lo clara que podría ser. Tenemos miedo a aceptar un error y demostrar "inferioridad" (ego arraigado en el instinto básico de manada). Este miedo mutado en agresividad es el "alimento del troll".
Hay una "cerrazón" ideopática en todos a aferrarnos a nuestra postura inicial y a defenderla a toda costa, aún cuando acumulemos absurdo tras absurdo en algunos casos. Pasa con la familia y amigos, y en ámbitos laborales y escolares, con más razón en discusiones "virtuales" con desconocidos, dónde la expresión escrita no es siempre es lo clara que podría ser. Tenemos miedo a aceptar un error y demostrar "inferioridad" (ego arraigado en el instinto básico de manada). Este miedo mutado en agresividad es el "alimento del troll".
Tenemos derecho a opinar y derecho de réplica, pero a veces es preferible pasar de largo, en un "ataque directo" o ante un troll manipulador, el método
socrático es infalible en el 95% de los casos (desglosar puntualmente cada error para determinar que la tesis no tiene sustento), y de persistir (muy
común) es mejor abandonar la discusión no por dar razón, si no
por la falta de autocrítica y la necedad del interlocutor, remarcándolo.
Existen reglas de moderación por parte de los foros, pero está en nosotros autorregularnos. Demasiadas normas y controles acarrean un exceso de censura que no siempre afecta a quien debiera (y pone muy contentos a ciertos círculos fascistas). Los artistas que han visto cerrados sus sitios por supuesta "pornografía" al intentar compartir fotos, dibujos, pinturas o textos referentes a desnudos artísticos o temas eróticos saben de lo que hablo. Y los Trolls, tarde o temprano, acaban por encontrar el recoveco para seguir trolleando.
Casi nadie que se anime a darse a conocer por estos medios es un
profesional (si lo fuéramos, estaríamos cobrando por hacerlo). Bueno
o malo, si nos animamos a compartir nuestro esfuerzo (dibujos, relatos,
versos, ensayos, opiniones etc), es con la intención de recibir comentarios más
allá de nuestro círculo social, y en la medida de lo posible mejorar y
progresar,
arriesgandonos a recibir críticas buenas o malas, pero realistas y con
respeto. Quién se oculte en el ANONIMATO (porque al final eso es lo que "envalentona" a un troll) para
denigrar u ofender, no merece la mínima atención.
NO alimentes a los Trolls, y procura refrenar un poco el impulso inicial ante el trolleo consciente o inconsciente, puede ser que el próximo troll que te topes, seas tú mismo.
NO alimentes a los Trolls, y procura refrenar un poco el impulso inicial ante el trolleo consciente o inconsciente, puede ser que el próximo troll que te topes, seas tú mismo.
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